Incorporarse por primera vez al mercado laboral es toda una experiencia: te esperan muchos años llenos de retos, aventuras y conocimientos que irán conformando tu perfil profesional. Pero, antes de empezar, ¿sabes cómo hay que elaborar un curriculum vitae cuando no se tiene experiencia previa? Vamos a intentar mostrarte varias formas de hacer un curriculum vitae si eres un perfil novel y tu trayectoria laboral está todavía por escribirse.
Ejemplo de Curriculum Vitae sin experiencia
Empecemos por un ejemplo, con este hipotético estudiante de Derecho que se postula para una vacante de abogado en un bufete:
José Antonio Bueno Vázquez
Datos de contacto
Paseo de la Estación 15, 3º A
28700, San Sebastián de los Reyes
Teléfono: 654321987
Correo electrónico: [email protected]
LinkedIn: linkedin.com/in/joseantoniobuenovazquez
Perfil
Estudiante de Derecho en último curso, con todos los créditos superados al primer intento y una nota media de Sobresaliente en más del 70% de las asignaturas cursadas, entre ellas Derecho Procesal, Derecho Laboral y Derecho Mercantil. Metódico, aplicado y trabajador, y preparado para asesorar jurídicamente a personas físicas y empresas.
Formación académica
Grado en Derecho
Universidad Europea de Madrid
Septiembre 2017 – actualidad
Atención al seminario «Fuentes de aplicación del Derecho Mercantil: Los Juzgados de lo Mercantil» en mayo de 2019
Conocimientos ampliados de fusiones y adquisiciones de empresas
Bachillerato de Ciencias Sociales
IES Buero Vallejo
Septiembre 2015 – junio 2017
Nota media 8,7
Voluntariado
Dispensa de alimentos en comedores sociales
Marzo 2015 – actualidad
Atención a una media de 100 personas necesitadas al día
Reducción de los tiempos de espera en un 10 %
Aptitudes
Trabajo en equipo
Habilidades comunicativas
Autonomía
Organización
Idiomas
Inglés B2
Alemán B1
El CV a priori parece bastante bueno para la oferta publicada, pero ¿no se echa algo en falta? Sí: la experiencia laboral.
La importancia de la experiencia profesional en los currículums
La experiencia laboral es un requisito que se pide en la inmensa mayoría de las ofertas de trabajo que existen: a excepción de algunas vacantes que no requieren de gran cualificación, o de ciertos puestos pensados para recién titulados o estudiantes de último curso, lo cierto es que carecer de experiencia laboral suele ser una barrera complicada de sortear cuando se desea encontrar trabajo por primera vez.
Sin embargo, si la experiencia se adquiere trabajando, pero no haces más que encontrarte con ofertas de empleo que te piden una experiencia que no posees, te podrías preguntar: ¿Qué hago con mi currículum si no tengo experiencia laboral? O, en otros términos, ¿cómo puedo conseguir experiencia si nadie me da la oportunidad de conseguirla?
Perfil profesional y ejemplos
En el perfil profesional, se resumen todos los puntos relevantes del currículum, como las habilidades, experiencias y aptitudes más destacadas; su objetivo es atraer rápidamente la atención del técnico de selección para que el CV no pase desapercibido, como uno más entre la multitud.
Por lo tanto, estos CV se distinguen porque no tienen un apartado de experiencia laboral (propiamente dicho); en su lugar, se incorporan otros datos complementarios, como formación, intereses u objetivos profesionales, en compensación a la ausencia de experiencia. Veamos algunos ejemplos:
Estudiante de último curso de Económicas, proactiva, metódica y analítica: con capacidad de desenvolverme bajo presión, oriento mis esfuerzos a los análisis financieros de grandes corporaciones.
Experiencia de voluntariados
Aunque no se consideren experiencias laborales como tales, las experiencias adquiridas en trabajos de voluntariado siempre suman en un CV, mediante la asunción de las responsabilidades que se adquieren mientras se realizan: los técnicos de selección siempre tienen en cuenta estos factores para compensar la falta de experiencia profesional.
Aptitudes
Las aptitudes constituyen la otra gran fuente de compensación de la carencia de experiencia profesional: cuando un reclutador se encuentra frente a un CV que no puede demostrar experiencia laboral, será muy recomendable que sepa todo lo posible sobre el candidato, y una buena forma de hacerlo es resumiendo en el perfil las aptitudes (duras y blandas) más destacables.
¿Qué he de dejar fuera de mi currículum?
Todo lo que no te indiquemos a continuación. Sigue esta estructura, y después analizaremos, paso por paso, cada uno de los apartados de los que se compondrá tu CV.
1. Un currículum, una candidatura, una empresa
Una máxima sobre cómo hacer un buen currículum es investigar a la empresa que oferta el puesto al que quieres postularte, y así adaptar todo tu discurso para intentar acceder a esa vacante concreta en esa empresa en particular: nunca es buena idea que redactes un CV y lo utilices, tal cual, para todas tus candidaturas (tanto si tienes como si no tienes experiencia).
Hoy en día cuentas con Internet, una poderosa herramienta que está a tu disposición para averiguar datos relevantes sobre la empresa, su sector de actividad, su cultura, sus valores, su visión y las opiniones de entidades colaboradoras o de empleados.
¿Por qué es importante conocer a la empresa? Porque, si quieres comenzar allí tu carrera profesional, vas a tener que adaptar la redacción del CV a sus necesidades. En definitiva: crear un documento pensado para impactar a sus reclutadores y conseguir que, al menos, te incluyan en el proceso de selección.
2. Los datos de contacto: más importantes de lo que crees
¿Por qué esto se merece una mención aparte? Por una sencilla razón: la profesionalidad y la eficiencia a la hora de que te contacten.
¿Y cómo puedes aportar profesionalidad con tus datos de contacto? Lo entenderás rápidamente al ver escrita en tu CV tu dirección de correo electrónico, en especial si tienes una cuenta del tipo «[email protected]», que puede ser muy simpática para chatear con tus amigos, pero que no es nada recomendable para que te contacten de una empresa.
En su lugar, plantéate crear una cuenta de email con un nombre medianamente «serio»: prueba a combinar tus iniciales, nombre, apellidos y año de nacimiento, como en estos ejemplos:
3. Tu objetivo, tu trayectoria
Ten muy claro que carecer de experiencia es un hándicap que vas a tener que compensar con otros elementos, como dar a entender cuál es tu objetivo más inmediato sobre tu futuro profesional.
Dicho de otra forma: te recomendamos que seas muy claro a la hora de describir cómo quieres que sean tus primeros pasos en el mercado laboral, y qué esperas de tu primer empleo.
4. La formación: tu gran valedora
Si no tienes experiencia laboral, pero has finalizado algunos estudios homologados (o estás a punto de hacerlo), y además cuentas con algún tipo de formación complementaria, ha llegado el momento de plasmarlo y acentuarlo sin complejos.
Para añadir tus datos sobre educación y enseñanzas, añade al principio la titulación más alta y relevante que tengas (la que mejor defina tu perfil), incluyendo los años de inicio y finalización (o dejando claro que todavía la estás cursando) y el nombre de la institución educativa.
Asimismo, complementa esta sección si cuentas con méritos académicos o reconocimientos (como un expediente con muy buenas notas) y alguna formación complementaria o no homologada (aunque te pueda parecer irrelevante a priori).
5. Las competencias: qué sabes hacer
Aun a pesar de no poder acreditar una experiencia laboral, puede que ya sepas manejarte en determinadas competencias profesionales como fruto de tus estudios o de tu formación complementaria: no subestimes el efecto que pueden tener tus competencias en los reclutadores, porque alguna de ellas podría ser la llave que abra la puerta de tu primer trabajo.
Algunos ejemplos de competencias pueden ser el dominio de programas informáticos o los idiomas: determina con toda la honestidad que puedas el grado de conocimiento que tienes de cada disciplina, y especifica si has adquirido dichos conocimientos en alguna academia (presencial u online).
6. Las habilidades personales: tu talento en bruto
Las habilidades personales son los cimientos sobre los que se edificará tu perfil en el futuro: los reclutadores de perfil headhunter (cazatalentos) son especialistas en detectar estas fortalezas en los talentos jóvenes, y saber quiénes son merecedores de acceder a una oportunidad laboral que, con toda seguridad, explotará y pulirá los puntos fuertes que traen “de serie”.
Quizá te suenen las siguientes habilidades personales (o, si prefieres llamarlas así, soft skills): autonomía, liderazgo, trabajo en equipo, rendimiento bajo presión, capacidad de automotivarse, habilidades comunicativas…
7. El voluntariado: el precursor de tu experiencia
En este contexto, podemos encuadrar el voluntariado como la «experiencia laboral» ideal para un currículum sin experiencia: aunque desempeñar trabajos voluntarios sea algo muy loable, no es objeto de este texto resaltar sus virtudes intrínsecas, sino el efecto positivo que causan en un CV que no puede acreditar experiencias profesionales.
Si has trabajado como voluntario para alguna fundación u ONG, o has realizado algún otro trabajo no remunerado, al incluirlo en tu currículum les estarás diciendo a los reclutadores que no eres de los que se quedan sentados a esperar que las cosas sucedan por sí solas, sino que te has esforzado en aportar tu granito de arena por alguna causa en concreto.
¿Por qué es positivo incluir actividades de voluntariado en tu currículum? Porque los técnicos de selección valoran los perfiles con iniciativa e inquietudes: un candidato así siempre será mejor recibido que quien no lo es, y las actividades de voluntariado “delatan” a los perfiles proactivos.
8. Otros datos de interés: lo que te complementa
Es posible que, llegado el momento de tu carrera, puedas prescindir de estos datos complementarios sobre ti, pero mientras no cuentes con la experiencia laboral suficiente, vas a tener que echar mano de ellos para ayudar al técnico de selección a conocerte mejor.
¿Y qué puedes incluir aquí? Pues información que, normalmente, no suele tener una sección propia en el CV: si tienes permiso de conducir y/o vehículo propio, si has realizado acciones de voluntariado, qué aficiones tienes (siempre y cuando «hablen bien de ti»), si estás dispuesto a cambiar de residencia o a viajar, en qué horarios estás disponible para trabajar o cuándo podrías incorporarte al puesto.
9. La carta de presentación: el broche de tu candidatura
No tengas reparo en redactar una pequeña carta de presentación que adjuntes a tu currículum cuando te apuntes a una oferta de trabajo: el reclutador sabrá que no tienes experiencia, pero valorará que tal carencia no te suponga un impedimento para querer lanzarte al mercado laboral, y elegir su empresa para iniciar tu andadura profesional.
La carta de presentación te ayudará a mostrar aspectos que no encajan en ninguna otra parte del CV (ni tan siquiera en la sección de «datos de interés»): es un texto en el que simplemente dejarás constancia de que quieres unirte a la empresa, y acentuarás tus puntos fuertes y habilidades más destacadas.
Elige el formato adecuado
Cómo organizar el currículum
¿Cómo puedes plantearte hacer un buen curriculum vitae sin que resulte atractivo a la vista? Invierte algo de tiempo en diseñarlo, o en buscar plantillas y modelos de CV por Internet: debes conseguir un efecto visual agradable, una primera impresión diferenciadora y una densidad de texto que facilite la lectura.
Valora también incorporar una fotografía donde salgas lo más natural y profesional posible (no recortes la fotografía de una noche de fiesta con tus amigos): con una buena fotografía, transmitirás seriedad y confianza a partes iguales. No olvides que, muchas veces, la primera impresión es la que cuenta.
Y, amparándote en esta premisa, elige bien las combinaciones de colores del currículum: los CV que constan de texto sin apenas formato son muy difíciles de leer, pero tampoco es buena idea sobrecargarlos de colores. Elige combinaciones suaves de máximo 2-3 colores «que se lleven bien entre sí» y que transmitan sensaciones positivas.
Utilizar palabras clave en el CV
Enfócate ahora en el primer texto que va a leer el reclutador al toparse con tu CV: un párrafo introductorio que sea original y que diga algo verdaderamente relevante sobre ti, que no incluya frases típicas y que, en definitiva, retenga al lector durante unos segundos.
Como te recomendamos anteriormente, quizá no tengas muchas credenciales más allá de tus buenas notas, por lo que no tendrás que darle la forma de un perfil profesional (basado, precisamente, en la experiencia) sino de un objetivo profesional: una breve introducción en la que anticiparás al reclutador qué trayectoria laboral querrías seguir durante tu carrera.
Una sección «potente» sobre tu formación
Si, por el momento, solo cuentas con tu historial académico como punto fuerte, no dudes en explotarlo al máximo: extiéndete todo lo que puedas en destacar los hitos de tu expediente (sobre todo, tus buenas calificaciones) si verdaderamente consideras que constituirá un punto a tu favor.
No obstante, ten cuidado y no te explayes innecesariamente a la hora de explicar tu expediente académico: bastará con que indiques las fechas y las instituciones educativas donde hayas cursado tus estudios.
Fuentes relevantes de experiencia
¿Cómo voy a hacer un currículum si pretendo incluir experiencias cuando no tengo mucho que decir? No te engañes, porque seguramente no hayas perdido el tiempo: ¡no todas las experiencias son trabajos remunerados y con contratos relativamente largos!
Previamente hemos mencionado las actividades de voluntariado como una forma muy efectiva de acreditar experiencias similares a las laborales, pero también puede ser que solo hayas tenido empleos temporales o que compaginabas con tus estudios.
Y no subestimes lo que vaya a pensar el reclutador cuando lea, por ejemplo, que por motivo de tu voluntariado has tenido que viajar, que te has ido de Erasmus o que eres un habitual de ferias y eventos en torno a alguno de tus hobbies: son igualmente experiencias de las que habrás aprendido algo y que dan información sobre ti.
Destacar tus habilidades clave
Este apartado está muy en línea con el punto sobre los trabajos temporales o de escasa cualificación, así como con tu formación: intenta extraer tus habilidades clave, y determinar cómo te han ayudado a desarrollarlas tanto estos empleos como los retos académicos a los que te has enfrentado en el pasado.
En otras palabras: intenta dar a entender que cuentas con una serie de soft skills de las que has tenido que echar mano para poder realizar alguna tarea relacionada con tu voluntariado, tus empleos temporales o con tu educación.
Profundizar en la información complementaria
No es que el reclutador vaya a contratarte porque te inquiete el cambio climático, sepas bailar, toques un instrumento o practiques muy bien un deporte: sin embargo, estos datos complementarios pueden aportar un punto de distinción a tu currículum, un elemento diferenciador que ayude al reclutador a acordarse de ti.
Además, hay cierta información complementaria de la que un técnico de selección puede extraer virtudes de tu personalidad, como pensamiento estructurado, capacidad de sacrificio, constancia, aceptación de retos…
Preguntas más frecuentes
Vamos a desgranar cómo se puede hacer un buen CV sin el apartado de la experiencia laboral, en función de cómo sea tu situación.
Soy estudiante o recién titulado
En este caso, tu formación académica será la que se lleve todo el protagonismo: además, probablemente el trabajo que estás buscando tenga mucho que ver con la disciplina que estás estudiando o que en la que acabas de graduarte.
Si cuentas con estudios superiores, has terminado una carrera o tienes estudios de posgrado, enuméralos siguiendo un rango descendiente, y omite los estudios previos (bachillerato, educación secundaria) porque su superación se da por sentada.
Además, es posible que hayas asistido a congresos o seminarios en la universidad: menciónalo independientemente de si te apasionó la ponencia o si no entendiste la mitad de lo que se dijo (pero siempre y cuando, una vez más, estén relacionados con la naturaleza de la vacante a la que optas).
Y si has tenido que completar prácticas en empresa durante tu formación, ¡ya tienes un buen comienzo! No dudes en enfatizar tu paso por alguna empresa y cómo te ayudó no solo a aprobar, sino a aprender todo eso que no se enseña en las aulas y solo se aprende trabajando.
Voy a solicitar un trabajo en prácticas
No te queremos desanimar con lo que te vamos a decir: el desempleo juvenil en España alcanzó el 40% en el último trimestre de 2020, una de las peores cifras de nuestra historia.
Pero también debes ser consciente de que, si no reúnes la experiencia suficiente, puede que esta sea la única forma de «meter la cabeza» en el mercado laboral y empezar a adquirirla: si este es tu caso, imprime en los textos de tu currículum todas tus ganas y tu motivación por ayudar a la empresa, especialmente en la sección del objetivo profesional.
No tengo estudios ni tampoco experiencia
¿Qué puedo destacar de mi CV si no cuento con experiencia laboral y mi titulación académica no es suficiente? Pues es el momento de destacar tus habilidades personales, tus aptitudes y tu objetivo laboral.
Volviendo sobre el concepto del «diamante en bruto», no olvides que los reclutadores también están acostumbrados a los perfiles sin experiencia ni estudios, y saben ver el verdadero potencial que se esconde tras unas habilidades blandas, unas aptitudes y una declaración de intenciones sobre el futuro inmediato de la trayectoria profesional.
Si cuentas con algo de experiencia en voluntariado, no dudes en darle cierto protagonismo, poniéndola incluso antes que la formación académica, para darle una idea más completa de lo que sabes hacer al técnico de selección.
Tengo algo de experiencia, pero nunca he trabajado con contrato
Si eres joven y has trabajado en la empresa familiar (sin cobrar), o solo has realizado prácticas en empresas o empleos de corta duración (del orden de días o semanas), no infravalores estas experiencias: no hay trabajo desdeñable para un perfil novel.
El motivo es que, en todas las funciones que hayas acometido en estos empleos, habrás tenido que asumir algún tipo de responsabilidad y podrás justificar algún logro que, por pequeño que te parezca, tendrá una importancia acorde al trabajo realizado.
Puede que te ayude mucho redactar una carta de presentación donde argumentes, por un lado, tu deseo de incorporarte a la empresa y, por otro lado, las habilidades y aptitudes obtenidas durante tu corta trayectoria.
Tengo poca experiencia profesional
También es posible que hayas acumulado cierta experiencia profesional, pero que comprenda un periodo de tiempo poco significativo (como mucho, del orden de meses): en este caso, vas a tener que enfatizar la poca experiencia laboral que hayas adquirido.
Para hacerlo realmente bien, deberás saber extraer los puntos clave del trabajo o trabajos realizados y, una vez más, brindar alguna métrica de tu desempeño y aportar datos sobre las responsabilidades que adquiriste.
Eso sí: orienta tu discurso a la relación que guarden con el puesto al que estás optando. Con ello, le dirás a la empresa que eres capaz de acometer funciones similares a las de la vacante.
Como ves, para preparar un CV cuando no se tiene experiencia laboral, solo tendrás que aplicar el sentido común y poner de relieve todas las fortalezas que puedas demostrar: no menosprecies las experiencias y habilidades que hayas acumulado durante tu trayectoria, y otorga el protagonismo adecuado a tu nivel de estudios.